Este domingo, el Papa Francisco apareció inesperadamente en la Plaza San Pedro durante una misa dedicada a los enfermos y el personal sanitario. Esta fue su primera aparición pública tras recibir el alta médica hace dos semanas después de estar internado por una neumonía bilateral. A sus 88 años, el Papa llegó emocionado en silla de ruedas y con cánulas de oxígeno, siendo recibido con calurosos aplausos. Saludó a la multitud con un firme 'Buen domingo a todos. Gracias de todo corazón'. Antes de la misa, se unió a una peregrinación de enfermos y sanitarios, y participó en la celebración de la Reconciliación. En el Ángelus, agradeció al personal médico que le asistió e instó a mejorar sus condiciones laborales, resaltando la necesidad de sistemas de salud inclusivos. Reflexionó sobre su enfermedad y expresó su empatía hacia quienes sufren. Además, agradeció el gesto de las internas de Rebibbia, quienes le enviaron deseos de recuperación. Finalmente, hizo un llamado global por la paz y el apoyo internacional a regiones como Myanmar y Haití.