Victoria Tolosa Paz se ha convertido en una figura que divide. A donde llega, genera ruido, resistencias y reproches, incluso dentro de su propio espacio. Lo que para algunos es “perfil político”, para otros es directamente fuego amigo. Sus intervenciones públicas, sus vínculos de poder y el despliegue mediático sostenido por pauta oficial encendieron alarmas en distintas líneas del peronismo.
En los últimos meses, Tolosa Paz fue vista como una de las operadoras de las internas más ásperas del Frente de Todos. No sólo por su impulso a ciertos armados territoriales que desbancan a referentes históricos, sino por sus apariciones en medios aliados donde, en lugar de defender la unidad, apunta contra otros sectores del mismo espacio.
Programas periodísticos afines —algunos de los cuales reciben pauta oficial gestionada desde áreas vinculadas a su círculo— le han servido como plataforma para lanzar críticas veladas (y no tan veladas) contra figuras como Máximo Kirchner, Axel Kicillof y hasta la propia Cristina Fernández de Kirchner. En esas entrevistas, Tolosa Paz adopta un tono conciliador en lo formal, pero cuestiona estrategias, discursos y decisiones pasadas del kirchnerismo, posicionándose como una “modernizadora” del espacio.
Detrás de esa construcción mediática se esconde una maquinaria aceitada que, según denuncian desde el propio peronismo, se sostiene con fondos públicos. La pauta distribuida a medios y productoras cercanas, en paralelo a su crecimiento en visibilidad, alimenta la sospecha de que se trata de una operación para instalar su figura a nivel nacional con recursos del Estado.
A todo esto se suma su estilo de vida. Propiedades en barrios exclusivos, vacaciones en el exterior y un entorno íntimo vinculado al poder económico y político contrastan con el discurso de cercanía al pueblo. Su matrimonio con Enrique “Pepe” Albistur, empresario de medios y exfuncionario clave en el kirchnerismo, refuerza la imagen de una dirigenta que navega con comodidad en las cúpulas del poder.
Mientras tanto, en las bases del peronismo —especialmente en el conurbano y el interior— crece el malestar. “Llega, arma, señala y se va”, dicen algunos dirigentes locales. No es casual que allí donde aterriza, se profundizan las internas.
Tolosa Paz se proyecta como una referente con ambición de protagonismo nacional. Pero su estilo genera más divisiones que consensos, y sus movimientos —mediáticos, económicos y políticos— parecen hechos a medida de un proyecto individual que no todos están dispuestos a acompañar.